Las fuerzas del orden y técnicos controlando el supuesto vertido |
Una llamada al 112 hizo saltar las alarmas. Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil, brigada de control de vertidos y miembros de Aqualia se presentaron en la desembocadura del río Esteiro, en Vilariño. Un vecino había denunciado un vertido de fecales que provocaba un intenso mal olor y dejaba evidentes muestras en el agua.
Todos los equipo se presentaron en el lugar de inmediato, tras las comprobaciones oportunas se pudo comprobar que no se trataba de un vertido, sino que el color del agua y esas burbujas que salían de la misma eran consecuencia de un alga en descomposición, que este proceso ya se había vivido este verano en otras localidades gallegas. Esa es la versión que ofreció antes de ayer el concejal de Medio Ambiente, Jesús Graña.
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