Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y del servicio de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia realizaron ayer nuevos controles en la zona urbana del río Cabe donde se produjo recientemente un vertido de gasóleo. Las inspecciones se producen después de la aparición en los últimos días de nuevas manchas de combustible, aunque de dimensiones mucho más reducidas, en las proximidades del puente nuevo.
Fuentes próximas a la investigación apuntaron que es posible que las manchas surgiesen como consecuencia de las últimas lluvias, que habrían removido algún resto de combustible presente en el cauce tras las tareas de limpieza que llevó a cabo la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil.
Los agentes de Medio Ambiente se interesaron de nuevo por el funcionamiento del colector en un edificio próximo al puente nuevo, en cuyas inmediaciones se personaron por la tarde efectivos del Seprona. Los agentes de la Guardia Civil inspeccionaron el paseo fluvial en el tramo que discurre paralelo a la calle Huertas. Las manchas de gasóleo aparecieron cerca del puente nuevo junto a otros arrastres.
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