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| Gran cantidad de aceite desparramado por la dársena ribeirense |
En plena canícula, a las tres y media de la tarde, los socorristas de la playa urbana de Ribeira -un arenal de la ría de Arousa muy concurrido- se vieron obligados a izar la bandera roja y a recomendar a los usuarios del entorno que no se bañasen. Todo ello después de detectarse unas manchas de aceite en el mar procedentes de un vertido que, horas antes, se había producido en la zona del muelle comercial ribeirense.
El problema del vertido surgió a media mañana. Según indicaron fuentes municipales, el aceite quemado acumulado en un depósito del muelle comercial -que utilizan coches y barcos- acabó tirado y su contenido desperdigado por la dársena. Enseguida empezaron a trabajar en la zona tanto Salvamento Marítimo como la Cruz Roja y Protección Civil. De hecho, a la hora de comer parecía que la mancha oleosa se había borrado del mapa.
Pero no fue así. Sobre las tres y media, al detectarse nuevas manchas en la zona de Coroso, arenal próximo al muelle, se dio la alerta a los bañistas y se izó la bandera roja. El termómetro superaba en aquel momento los treinta grados. Pese a ello, el común de los usuarios aceptó de buen grado la recomendación de los vigilantes y aguantó estoicamente el calor sobre la arena. No fue hasta dos horas y media después cuando al fin se arrió la bandera roja. Las ganas de remojarse eran tantas que, en el momento en que los socorristas doblaban el paño rojo, se oía a los niños «vamos, vamos, ya se puede ir al agua».
Habitualmente, sobre las cinco de la tarde, el arenal de Coroso está de bote en bote. Pero ayer la ocupación era menor. Al parecer, muchos de los que iban desembarcando en el arenal, al ver que ondeaba la bandera roja, cambiaron de destino. Quizás hicieron bien porque varios bañistas señalaron que todavía después de las seis y media, el agua olía a combustible y estaba grasienta.
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Uno de los socorristas del Coroso, una vez dejó de existir peligro para los bañistas, retirando ya la bandera roja de la playa
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