En la playa de Gandarío ondea otra vez la bandera negra. Por
tercera vez en lo que va de verano, el Concello de Bergondo ha colgado el
cartel que desaconseja el baño en el margen derecho del arenal debido a la
elevada presencia de bacterias fecales.
La incertidumbre sobre la salubridad de esta playa, que ha
abierto y cerrado intermitentemente al baño en el último mes y medio, trae de
cabeza al Ayuntamiento, que está convencido de que se trata de "acciones
premeditadas". "Estos malos resultados en las analíticas están
ocurriendo cíclicamente, cuando jamás había pasado en Gandarío", recalcaba
ayer a través de un comunicado de prensa.
El Ejecutivo municipal cree que la contaminación procede del
regato que desemboca en la playa. En este riachuelo hay tres depuradoras
privadas, las del albergue y dos urbanizaciones, y el Concello solicitó ayer a
la Xunta que compruebe si funcionan correctamente.
El Gobierno local afirma que prosigue con sus trabajos de
inspección y análisis para detectar vertidos y asegura que ha reforzado la
vigilancia de los servicios de retirada de fosas sépticas para impedir que sean
arrojados de forma no autorizada en un río o a la red de pluviales. La
alcaldesa, Alejandra Pérez Máquez, solicitó ayer la "colaboración
ciudadana" y animó a los vecinos a "comunicar cualquier información
sobre los responsables de esta situación".
La oposición expresó en varias ocasiones su preocupación por
los episodios de contaminación. Anova alerta del daño medioambiental y
turístico y PP y Veciños insisten en que los vertidos, más que a una mano
negra, obedecen a la falta de supervisión del Ayuntamiento.
Fuente: La Opinión Coruña
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