Satisfacción es lo que se respira en Navarra tras la magnífica temporada del salmón 2011.
Este año, el límite de capturas estaba establecido en 39 ejemplares que debían medir más de 40 centímetros, frente a los 20 del cupo del año pasado. Ese cupo se establece cada año en función a la entrada de salmones en el río, que cuando remontan para desovar en el mes de noviembre, pasan por la escala salmonera de Bera, donde existe una estación de conteo. En noviembre de 2010 se llegaron a contabilizar hasta 500 ejemplares, por lo que los técnicos decidieron aumentar el número de capturas permitidas a 39. El cupo establecido corresponde al 15% de los salmones contabilizados por esa estación piscícola de Bera. Según la normativa, cada pescador ha podido utilizar sólo una caña y tan sólo ha podido realizar una captura cada día. Además, el cebo natural ha estado prohibido durante los 27 primeros días de campaña. Los ejemplares capturados deben ir provistos para su transporte de un certificado de origen expedido por el Guarderío Forestal de la zona.
La comercialización de los salmones del Bidasoa está prohibida, excepto para el lehenbiziko, que este año fue capturado por José Mari Mitxelena el 1 de mayo. Fue un macho salvaje de 6,400 kilogramos y 84 centímetros de longitud. Tres días más tarde, el 4 de mayo, Ernesto Gainza consiguió capturar un ejemplar de 8 kilogramos y 91 centímetros. El segundo más grande lo pescó el 2 de junio José Luis Celigüeta y en este caso sí estaba marcado (aleta adiposa cortada). Se han capturado seis salmones de más de seis kilos y 14 de más de 80 centímetros de longitud.
El mejor día, el pasado 2 de junio seis pescadores consiguieron otros tantos ejemplares.
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