jueves, 2 de junio de 2011

Cobran una importante subvención por publicar lo que ya sabíamos todos

El periódico La Voz de Galicia publicó ayer un artículo titulado "Rescatan la microtoponimia de los percebeiros de la Torre". Este artículo hace alusión a la publicación de un video y un folleto de la Asociación Cultural Alexandre Bóveda. Esta asociación tuvo una subvención de 1.600 euros por hacer esto, por parte del Ayuntamiento de A Coruña.
Como hay muchos pescadores que conocemos la zona (no solo percebeiros como dice el artículo), yo hubiera hecho lo mismo, digamos por la mitad de dinero, o quizás menos. Si me apuran hasta casi gratis. Y no digamos mi amigo Ernesto, mejor conocedor de la zona que nadie.
Siempre puse en duda las subvenciones "culturales" y ahora me reafirmo en mi creencia.
Reproduzco a continuación el artículo de la Voz de Galicia.


«As pedras falan», sostiene el académico Xesús Ferro Ruibal. En ocasiones tienen una especial comunicación con quienes las frecuentan. Es el caso de los percebeiros. Ellos llevan décadas pateando lugares como Punta do Ollo, O Altar, Furna do Morro Baixo, A Vaca, Os Touciños o As Forcadas. Son algunos de los nombres de la microtoponimia que bordea la península de la torre de Hércules. Estas denominaciones han sido rescatadas y recogidas en un documental y un folleto divulgativo. Son dos instrumentos con los que «desexamos aprenderlles ás novas xeracións, especialmente aquelas que viven na zona da Torre, que esta parte da cidade posúe unha nomenclatura propia e moi ligada ao xeito de vida que orixinou a creación do barrio», se puede leer en dicho folleto.

En la tarde de ayer eran presentadas estas publicaciones impulsadas por la asociación cultural Alexandre Bóveda y en las que colaboró la concejalía de Mocidade, Solidariedade e Normalización Lingüística. Desde la entidad que preside Roberto Catoira indican que «foi básico na realización desta actividade a colaboración do escritor Xurxo Souto, bo coñecedor do barrio de Monte Alto e das historias mariñeiras que o policromizan». Ya en su primera novela, O retorno dos homes mariños (Ferros-Xerais), Souto había incluido un mapa con nombres del litoral y la bahía coruñesa.

Destacan asimismo desde la Alexandre Bóveda, en cuya sede tuvo lugar ayer la presentación, la ayuda prestada por vecinos de la zona y percebeiros «representados na figura de Emilio Mariñas que acompañou a equipa de realización do audiovisual polos contornos da Torre e explicou os nomes da zona para dar testemuño de todos os topónimos que aquí presentamos».

La historia de este percebeiro, así como de otros nombres míticos que trabajaron en esta costa, también aparece en la publicación, recordando algo que Emilio había relatado a este diario cuando fue entrevistado con su hijo Luis y su nieto Javier Losada (no el alcalde), ambos también percebeiros. Y es que cuando tenía 17 años «vendín a bicicleta e merquei unha gamela» con la que faenaba desde Ortigueira a Touriñán. Como prueba del conocimiento de los nombres de los lugares y las piedras de al costa coruñesa, la publicación incluye la mítica fotografía del año 1952 tomada por Torrecilla (padre) en la que aparece con una piña de percebes de 14 kilos de peso «e collín outra de máis de 20», recordaba en dicha entrevista.

En otras de las imágenes aparecen algunos de los percebeiros míticos de la costa coruñesa, compañeros e Emilio Mariñas, como fueron Tereso, («foi o meu maestro e del aprendín case todo, e iso que apenas sabía nadar, coma min»).

Estos percebeiros, y muchos otros, fueron manteniendo, e incluso aumentando, los nombres de las piedras y los lugares que ahora se rescatan, en ocasiones bautizados en función de las formas de las mismas, como son Coitelos de Terra y Coitelos de Mar, O Redondo, O Cabalo y la llamativa coincidencia de hasta tres nombres de lugares muy cercanos y vinculados con el mismo animal, pero en distintas edades: O Becerriño, O Becerro y O Boi.

Roberto Catoira indicó que entre los proyectos de la asociación Alexandre Bóveda está continuar esta labor de recuperación de la microtoponimia en otros lugares de la ciudad.

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