La organización Ecologistas en Acción ha celebrado que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria haya publicado nuevas recomendaciones de consumo de pescado para poblaciones sensibles debido a la presencia de mercurio, algo que la organización recuerda que llevaba solicitándolo "desde hace años".
Estas recomendaciones piden precaución a las mujeres embarazadas o que puedan llegar a estarlo, a las mujeres en fase de lactancia y a los niños de corta edad a los que, aunque se les recomienda consumir pescado, se les advierte sobre las especies más contaminadas con mercurio y cuyo consumo debe o bien evitarse, o bien limitarse.
La advertencia se refiere, sobre todo, al consumo del pez espada, tiburón, atún rojo y lucio en mujeres en edad fértil, embarazadas o en período de lactancia, así como en niños de menos de tres años. En estos caso, la recomendación es evitar su consumo, mientras que para niños de entre tres y doce años, debería limitarse a unos 50 gramos semanales.
El Comité Científico de la AESAN aprobó en su sesión plenaria del 28 de septiembre de 2010 aprobó el 'Informe en relación a los niveles de mercurio establecidos para los productos de la pesca', en el que se estima que una mujer embarazada de unos 60 kilogramos de peso que ingiera una ración (100 g) de pez espada a la semana superaría la ingesta máxima tolerable de metil-mercurio y que en un niño de entre 7-12 años (35 kg) puede consumir sólo media ración (50 g) de pez espada a la semana y ningún otro de los pescados grandes en ese mismo periodo.
Teniendo en cuenta que la ingesta media semana de productos pesqueros en España es alta, especialmente en algunas comunidades, está claro que los actuales límites establecidos, de un miligramo por kilo, con decenas de superaciones anuales en toda la UE, no protege de forma adecuada la salud de las personas, especialmente de las poblaciones sensibles.
En este contexto, Ecologistas en Acción subraya que la toxicidad del mercurio depende de su forma química, tipo y dosis de exposición y edad del consumidor. Su forma orgánica el metilmercurio es un potente neurotóxico, atraviesa la barrera hemato-encefálica y la placenta, encontrándose que, según un estudio reciente, un alto porcentaje de las muestras de sangre de cordón umbilical tienen concentraciones de metilmercurio superiores a niveles seguros. Este contaminante puede provocar alteraciones en el desarrollo neuronal del feto y en niños de corta edad.
El metil-mercurio se encuentra mayoritariamente en pescados y mariscos, donde puede llegar a representar más del 90 por ciento del mercurio total. Derivado de la contaminación medioambiental; especialmente de las emisiones de las centrales térmicas de carbón, o de las plantas de cloro sosa; los peces lo acumulan en su organismo a lo largo de su vida, incrementando la concentración a lo largo de la cadena trófica, por lo que los niveles más altos se encuentran en las especies de gran tamaño como los grandes depredadores
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