Con un nuevo pienso seco extrusionado, un grupo de investigadores logró que los pulpos engordaran en condiciones de cautiverio |
Un equipo de profesores e investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) desarrolló un pienso seco artificial para alimentar a pulpos criados en cautiverio.
Los impulsores de la iniciativa pretenden producir pulpos en el ámbito acuícola de una manera “económica”, con el propósito de ayudar a aumentar la oferta de este cefalópodo en el mercado.
Bajo la coordinación de los profesores Ana Tomás y Miguel Jover, del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal, el grupo consiguió crear un pienso similar al alimento que consumen los pulpos, pero con una textura e ingredientes diferentes: harina de pescado, harina de krill y gelatina, entre otros productos.
Por primera vez en Europa, y luego de varios años de estudio, los investigadores lograron que los cefalópodos coman y crezcan en cautividad siendo alimentados con pienso seco.
“Hasta ahora, solo se había conseguido que los pulpos probasen el alimento y que mantuviesen el peso, pero nunca antes habían engordado tomando pienso seco extrusionado -explicó Tomás-. Aunque de momento los pulpos están engordando a un ritmo más bajo que cuando comen el alimento natural, hemos conseguido un gran hito en la alimentación de estos animales.”
La académica confía en que este logro beneficiará a las empresas dedicadas a la acuicultura y a los fabricantes de pienso, y también a la sociedad en general, ya que si consigue mejorar el pienso y comercializarlo, se podrá aumentar la disponibilidad de pulpos en el mercado.
Tomás recordó que en 2009, durante la primera fase del proyecto, "los pulpos manipularon el alimento, lo comieron un poco, pero no les gustó y no llegaron a engordar". Explicó que uno de los problemas del pienso anterior era que "que el pulpo lo deshacía y se perdía gran parte del alimento en el agua".
Con el nuevo pienso desarrollado se pudo resolver este problema.
En esta etapa de la investigación, los pulpos fueron colocados por separado en cubetas, con espacio suficiente para vivir y alimentarse. Hoy se están realizando ensayos de adaptación de pulpos en el mar, y luego se llevarán a cabo pruebas de nutrición con el nuevo pienso.
Según los expertos, los pulpos son “extremadamente inteligentes, selectivos y con capacidad de aprendizaje”, y hasta pueden detectar el sabor “con todo su cuerpo y si un alimento no les gusta, no lo comen”.
Por otro lado, en los dos primeros meses del año se subastaron en la lonja de Bueu, Galicia, 22.000 kilogramos de pulpo, es decir, un 66% menos que en el mismo lapso de 2011, cuando se comercializaron unos 66.000 kg.
Según un patrón mayor de la Cofradía de Bueu, hay muchos factores relacionados con la escasez de pulpos, y es normal que haya años buenos y malos. No obstante, señaló a la sobreexplotación del recurso y a los cambios en la temperatura marina como algunas de las causas de la menor abundancia de estos cefalópodos.
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