Parte de la central de Fukushima |
La provincia japonesa de Miyagi pedirá a pescadores de la región que se abstengan de pescar lubinas, debido a los niveles de radiación detectados en ejemplares de esta especie a causa del agua contaminada y vertida al mar por la accidentada central nuclear de Fukushima. La lubina japonesa será el primer producto del mar que las autoridades de esta provincia, al norte de la de Fukushima, aconsejen no capturar tras el accidente en la planta nuclear provocado por el 11 de marzo de 2011.
La recomendación se hizo oficial después de que el Gobierno provincial de Miyagi se reuniese con representantes de las cooperativas y de los distribuidores de la región y de que en los últimos dos meses se hayan registrado hasta 360 bequereles de cesio radiactivo por kilo en ejemplares analizados. Este nivel de cesio no es considerado peligroso por Japón, que sitúa el límite máximo en los alimentos en 500 bequereles por kilo. Sin embargo, el Gobierno rebajará a partir del próximo 1 de abril este límite a 100 bequereles por kilo en el caso de los productos marinos.
Ejemplares de otras dos especies, el kurosoi y el bacalao del Pacífico japonés, capturados en Miyagi han registrado niveles superiores a los 100 bequereles por kilo, aunque las autoridades aún no han decidido si también recomendarán no capturarlos.
Los vertidos de la accidentada central nuclear de Fukushima suponen un grave problema para los pescadores del noreste de Japón, que además de haber perdido a causa del tsunami equipos e infraestructuras básicas para faenar, se enfrentan ahora a vedas y al desplome de precios.
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