Desde el pasado viernes, un vertido de lo que las autoridades estiman puede ser gasoil afecta a un tramo urbano del Lérez. Si aquel primer día, el foco fue localizado cerca del Club Náutico, veinticuatro horas después fue observado ya en el entorno del puente de O Burgo por acción de las mareas. Ayer, por la mañana, las informaciones recabadas por el 112 lo emplazaban en este mismo punto.
La Xunta ha abierto, al menos, dos investigaciones. Por un lado, guardias fluviales adscritos a Augas de Galicia comprobaron el viernes la existencia de «pequenas manchas de hidrocarburos con iridiscencias» en el agua.
Este lunes, constaron que las nuevas manchas detectadas se corresponden con el mismo combustible «en descomposición». No obstante, desde Medio Ambiente precisaron que aún no se pude concretar, al cien por cien, que se trate del mismo vertido, en cuyo caso la acción de las mareas provocó que reapareciesen las manchas, o que sea un nuevo foco contaminante.
En cualquier caso, los técnicos ya han tomado muestras que serán objeto de un profundo análisis. A este respecto, matizaron que aún es pronto para conocer el resultado del mismo, por lo que no se puede aventurar cual podría ser el origen del gasoil vertido en el Lérez.
Al mismo tiempo que Augas hace estas indagaciones, la Policía Autonómica ha abierto su investigación en colaboración con el citado organismo dependiente de Medio Ambiente, según reseñaron desde la Consellería de Presidencia. Añadieron que, por el momento, solo se puede confirmar la existencia del vertido de gasoil, así como que se está investigado en donde puede encontrarse su origen.
A diferencia de lo ocurrido en el Lérez, un foco contaminante pudo causar ayer mortandad de peces en uno de sus afluentes, el Gafos. Así lo denunciaron desde Vaipolorío, colectivo que situó el foco a la altura de la avenida de la estación y que habían contabilizado en una docena los cadáveres de trucha hallados.
Su presidente Gonzalo Sancho precisó que el agua «estaba enturbiada cunha cor grisácea», así como reconoció que, en esta ocasión, no podía precisar si se trataba de un vertido de fecales o de otro tipo.
Hasta este punto del casco urbano de Pontevedra se desplazó un operario de Aquagest, quien les adelantó que una posible explicación podría encontrarse en las obras que se están acometiendo en el nudo de O Pino y en Marcón. No obstante, Gonzalo Sancho no se mostró muy convencido, ya que considera que los meros movimientos de tierra no causan la muerte de peces: «Se hai mortandade ten que haber productos químicos na auga ou de lixiviados».
No hay comentarios:
Publicar un comentario