sábado, 28 de abril de 2012

Llega la apertura del salmón 2012 a Galicia, Cantabria y Pais Vasco

El próximo uno de mayo se hará realidad un deseo que llevan anhelando muchos pescadores, y no es ni mas ni menos que la apertura de la temporada del salmón, este año 2012. Unos habrán tenido suerte en el sorteo. Otros (como yo), distinta, por lo que un año mas nos quedaremos sin probarlo. En Galicia las mayores perspectivas se dan en el Ulla, con su importante coto de Ximonde, donde a buen seguro, se dará el campano, y donde, si el río lo permite, los primeros días de la temporada todos los pescadores llevarán su salmón. Tenemos también muy importante, la parte gallega del Eo, que dará buenas capturas. Pocos, debido a los cupos se darán en el Masma, Miño, Lérez y Mandeo. Una de las novedades que que cubierto el cupo se podrá seguir pescando salmones en la modalidad de captura y suelta.

El Pais Vasco, con el Bidasoa ya regenerado, no tendrán problemas en cubrir el cupo. Y en Cantabria el optimismo es total después de la buena temporada del año pasado, donde se vieron muchos salmones aparte de los pescados.


Carlos Caamaño pescando un salmón en el río Ulla

El salmón, lleva unas semanas remontando los ríos de montaña como cada estación primaveral, llega de la mar y sube poco a poco hasta el arroyo de aguas claras para desovar y en el camino lo podemos encontrar saltando en las torrenteras o en reposo en las pozas que hay en los ríos salmoneros que el pescador de caña conoce como posturas. No hay mayor satisfacción para el aficionado a estos lances que dominar a este señor de las aguas rápidas: el salmón recién entrado de la mar que viene pleno de vigores. Esta especie nunca olvidará sus lugares de origen y siempre vuelve al río en que nació empeñando en ello su existencia.

Dicen algunas leyendas, muy antiguas, que los vikingos se guiaban por ellos para conocer las entradas de los ríos navegables y poder invadir tierras nuevas y por ello, figuraba como bicho armero de los míticos obispos de mar en la isla de Avalón. Del salmón protestaban ciertos frailes asturianos en los tiempos medievales por la repetición con que lo veían en la mesa en primavera, al quedar el río cerca de la cocina del convento; además, en archivos concejiles, quedan quejas de aprendices y oficiales de obras en casas de ribera, por la excesiva frecuencia del salmón en su comida.

El Salmón Atlántico es una especie acuática de migración anádroma que realiza sus puestas en las fuentes de los ríos de aguas transparentes y adquiere gran talla, que normalmente puede llegar hasta un metro de longitud y veinte kilos de peso aunque, en la actualidad, no es habitual encontrar salmones con esta talla en nuestros ríos. A lo largo de su vida este pez presenta varias morfologías a las que los pescadores han ido dando diferentes nombres: al comienzo de su vida suelen llamarles pintos, porque están coloreados con manchas de tonos rojos. Con el tiempo, en su camino hacia el mar, cuando platean sus costados y llevan pinceladas negras en forma de cruz, les denominan esguines, y después, cuando siendo maduros tornan al río para la reproducción, se presentan de capas verdiazul sobre camisa de plata, ostentando leves manchas en los flancos y si alguno es capturado se convierte de inmediato en un trofeo. Cuando se han reproducido y están muy debilitados, les denominan zancados y pueden morir o retornar vivos a la mar arrastrados por las corrientes de los ríos salmoneros.

El Salmón Atlántico se extiende por las aguas nórdicas de este océano de manera que, dada la necesidad de temperaturas bajas que tiene esta especie, las poblaciones que se encuentran en nuestros ríos constituyen el extremo meridional. Antiguamente llegaba hasta los ríos mediterráneos pero, salvo algunos casos puntuales de salmones estantes por introducción, su presencia actual, en España, se limita a las costas del norte entre los ríos Miño y Bidasoa. A pesar de que la especie mantiene numerosos individuos, en los últimos años se ha venido reduciendo su presencia en nuestras aguas, debido a la falta de cuidado de los organismos responsables, a incumplimientos legales, contaminación y mala política de construcción de presas, hasta el punto de que durante el siglo XX llegó a desaparecer de algunos ríos cantábricos. En la actualidad, los gobiernos regionales han logrado mejorar y promocionar el salmón como fuente de turismo y riqueza medioambiental que se debe mantener. Además la administración responsable de la pesca debiera estudiar y luchar contra la sobrepesca industrial de salmón en la mar, que es la actividad que más lo esquilma. La pesca deportiva del salmón, que tiene modalidades sin muerte, ha cobrado importancia en muchas regiones donde se apuesta por la recuperación de los ríos mediante inversiones que propicien el saneamiento del hábitat natural: remoción de barreras, repoblaciones adecuadas y mejoras en la regulación pesquera. Pues el salmón, además de ser un formidable sensor sobre la calidad del agua y de la vida fluvial, es un reclamo turístico cuyas posibilidades y circunstancias conexas pueden ser muy potenciadas, y en esto la región gallega, que cuenta con un envidiable catálogo fluvial, debe seguir el modelo, pues el salmón es una de las joyas de la naturaleza cuyo desarrollo y protección debemos fomentar.

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