Vista del lago y la central térmica desde la montaña de la escombrera |
Sospechábamos que había algo oculto en la construcción del lago de As Pontes, y así ha sido. Endesa no ha invertido 25 millones a lo tonto como nos ha hecho creer a todos. Evidentemente lo que busca es una rentabilidad económica, y además importante, pues ha construido el lago con vistas a su aprovechamiento energético.
Quiere construir una nueva central energética de bombeo de agua en el entorno del lago. Y ha empezado por éste último.
Nos ha engañado por enésima vez a los ciudadanos: "El lago mas grande de España", "tiene playa para el disfrute de los ciudadanos", "la zona ha sido regenerada" etc, etc. Nos han inflado los ojos, pero se les ha visto el plumero. Querían decir: "dinero", "dinero", "dinero". En fin otra vergüenza.
De la explotación de mayores dimensiones a cielo abierto de España, al lago más grandes de la Península. La vieja mina de lignito pardo de As Pontes, clausurada en diciembre de 2007, se ha rellenado con 547 hectómetros cúbicos de agua del Eume, de sus afluentes y de la lluvia. Cuatro años de trabajo en un perímetro de 18 kilómetros y con una superficie equivalente a toda la ciudad de A Coruña que Endesa dio ayer por finalizados. El resultado de esta metamorfosis geológica: una vasta lámina de agua de color azul intenso, 30.000 metros cuadrados de playa artificial, dos islas y zonas de bosque en la antigua escombrera con más de 600.000 árboles, grandes pastizales y 180 especies de vertebrados.
El lago azul, propiedad de Endesa, será cedido a la Xunta, que ayer mismo empezó a trabajar en la puesta en marcha de un plan territorial formulado por la Consellería de Medio Ambiente con la colaboración de la compañía energética y que establecerá las actividades que se podrán desarrollar en el lago y en qué zonas concretas. Una oportunidad de futuro para la comarca que estará marcada no solo por los usos lúdicos o turísticos - deportes náuticos, pesca, senderismo, ciclismo o turismo de playa- sino también por los industriales y energéticos.
Tras un recorrido por el antiguo yacimiento minero que durante tres décadas alimentó las calderas de la gran central térmica de As Pontes, el presidente de Endesa, Borja Prado; el jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, acompañados de los conselleiros de Industria y Medio Ambiente, Javier Guerra y Agustín Hernández, y el alcalde de As Pontes, Valentín González Formoso, descubrieron un monolito que refleja que el proceso de transformación que arrancó en 2008 se finalizó el 18 de abril de 2012.
"Estamos devolviendo a la naturaleza y a los gallegos lo que fue suyo. Convirtiendo lo que podría ser un enorme problema en una enorme oportunidad", apuntó Feijóo, al tiempo que destacó el "potencial turístico, deportivo y paisajístico" del lago, para el que también se estudian nuevos usos de aprovechamiento energético. De hecho, Endesa, tal y como avanzaron ayer responsables de la empresa, ya tiene un anteproyecto para crear una central de bombeo, que produciría entre 300 y 600 megawatios y que se sumarían a los más de 2.300 megawatios de potencia actuales producidos en As Pontes -1.400 de la central térmica de carbón, otra de ciclo combinado de gas natural de 850 y dos hidroeléctricas que suman 62,8, propiedad de Endesa. A la actual producción energética, el alcalde de As Pontes pidió que se "acaben sumando nuevos proyectos energéticos e hidráulicos" que han hecho de la localidad coruñesa "el mayor complejo eléctrico del país". "El nuevo lago -proclamó Formoso- es hijo de la mina y de la historia" de una comarca industrial ligada a Endesa y a su central térmica.
Según resaltó el presidente de Endesa, el lago creado sobre el hueco de la antigua mina, que tiene 25 veces la capacidad del embalse de Cecebre, responde a un "plan ambiental de envergadura mundial". "Se da la paradoja de que hoy (por ayer) se ha inaugurado una planta que no consume, sino que produce recursos naturales en el mismo sitio en el que hasta hace poco había una explotación minera", ensalzó Borja Prado.
A lo largo de tres décadas, de 1976 a 2007, Endesa extrajo de la mayor mina a cielo abierto de España más de 260 millones de toneladas de lignito. Durante tres décadas, la compañía energética fue apilando miles de toneladas de escombros que extrajo de la mina, hasta formar una gigantesca montaña artificial de 160 metros de altura que esconde en su interior 813 millones de metros cúbicos de arcillas, piedras y cenizas. Las labores mineras dejaron un gran hueco de casi 18 kilómetros de perímetro y 205 metros de profundidad.
En enero de 2008, Endesa inició las labores de recuperación de este hueco minero, después de años de estudio sobre las posibles soluciones ambientales.
La escombrera del yacimiento se ha convertido en un vergel similar a 1.200 campos de fútbol. Una zona que hoy en día ha sido colonizada por lobos, jabalíes, zorros y ciervos. Con 547 hectómetros cúbicos de agua y un diseño inspirado en los lagos mineros de Alemania, el lago se ha rellenado con agua del Eume, de sus afluentes y de la lluvia. Se trata de agua potable "de buena calidad", según responsables de Endesa, que cumple con los parámetros exigidos por Augas de Galicia a través de continuas analíticas (semanales y mensuales), y donde ya se han avistado hasta tres especies distintas de peces -truchas, bogas y espinosos- que se han reproducido espontáneamente.
A los vecinos de este municipio del interior de A Coruña, que durante años se situó a la cabeza de los más contaminantes de España, Endesa les ha puesto una playa artificial de 30.000 metros cuadrados a pocos metros de casa y a la sombra de la central térmica que domina la economía de la zona. No le faltarán olas -calculan los ingenieros que de hasta dos metros de altura- ni corrientes de aire. Y la temperatura en verano del agua rondará los 24 grados, ocho por encima de los 16 que suelen marcar las cercanas playas atlánticas.
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