El escritor Javier Marías hace siempre la declaración de la renta y paga religiosamente lo que le corresponde, pero este año tiene la sensación de que ese dinero «no va a ir a sanidad o a educación» y se pregunta si irá «a Bankia, a que el señor Urdangarín haga negocios», o los hagan los de la trama Gürtel.
«Este año, por primera vez, me sienta mal tener que pagar la renta. Mi cabreo es enorme», ha asegurado Javier Marías durante la presentación del número doble con que la revista Ínsula rinde homenaje al autor de «Corazón tan blanco», el escritor español con mayor proyección internacional.
Marías ha hablado de la imagen que en nuestro país se tiene de él como escritor, «casi siempre negativa»; ha recordado que nunca acepta invitaciones de Ministerios o instituciones y asegurado que «la 'marca España'» le tiene «sin cuidado». «No comparto ese patrioterismo generalizado, que se da mucho en España, por el que si alguien gana un Oscar, entonces se convierte en una especie de ídolo, y si algún español gana un campeonato de un deporte que a nadie importa, empieza a ser importante», afirmaba el escritor, siempre sincero, aunque sabe que muchas de sus opiniones suscitan polémica.
Al novelista, cuya obra está traducida a más de cuarenta lenguas, no le interesa demasiado «la cultura española en general», sino «los individuos, la obra de tal o de cual persona». Sin son españoles, se alegra, igual que se alegra «cuando gana la selección española de fútbol, no porque sean españoles» sino porque los conoce.
«La 'marca España' me trae sin cuidado. No me importa lo más mínimo y lo último que haré será rellenar ese formulario», ha asegurado el autor de «Los enamoramientos», la última novela de este gran escritor que ya tiene en la cabeza «tres o cuatro ideas» para una nueva.
Al referirse a los recortes que, debido a la crisis, el Gobierno está aplicando en diferentes ámbitos, Marías ha afirmado que «la situación es muy preocupante» y ha contado lo que le está pasando este año con la declaración de la renta. «Soy de las personas convencidas de que hay que pagar impuestos, pero este año, por primera vez, me sienta mal tener que pagar», ha dicho. «Este año la sensación que tengo es la de que el dinero que yo pague no va a ir a educación, a sanidad o a la gente dependiente, que son las cosas que a mí, y a la mayoría de los ciudadanos, nos importan más». «Este dinero que vamos a dar ahora ¿a qué va a ir, a Bankia, a que el señor Dívar vaya a Puerto Banús, a que el señor Urdangarín haga negocios, a que los haga la gente de la trama Gürtel, los de Unión Mallorquina, los de la Comunidad Valenciana, o los de la Comunidad de Madrid con Esperanza Aguirre colocando a su gente en Bankia?», se preguntaba el escritor.
Tras la presentación que hizo Ana Rosa Semprún, directora general de Espasa y editora de Ínsula, en la que dijo que Javier Marías «es el escritor español más importante y más traducido en el mundo entero», el novelista, de 60 años, ha recordado con humor que, durante años, en España se le consideraba «un joven escritor o un escritor prometedor», y así hasta casi los 50 años. «A los cincuenta, o has cumplido esas promesas o eres un manta», ha dicho Marías.
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