La crisis afecta a todos, incluso a las fiestas gastronómicas. El Concello de Arbo se vio obligado a suspender la subvención a la fiesta gastronómica más importante del municipio. La fiesta de la lamprea cumple 52 años.
Este año la ración es un euro y medio más cara que otros años porque el Ayuntamiento ha dejado de subvencionar, por la crisis, el consumo del ciclóstomo. En la carpa de la fiesta los stands de los cinco restaurantes la villa vendían la racióna a eve euros, mientras que en los propios restaurantes la pieza entera tenía un precio de partida superior a los treinta euros. Durante todo el día, se vivió la jornada más importante del festejo. Grupos folclóricos, talleres artesanos, cantares de ciego y exhibiciones de baile moderno se sucedieron a lo largo de la jornada en la localidad miñota. Miles de personas no quisieron perderse una de las fiestas gastronómicas más antiguas de Galicia
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