Suelta de alevines de trucha junto al Puente dos Padriños, en Ponte Arnelas |
Las poblaciones de peces migratorios, como el salmón o la trucha están descendiendo en la mayoría de los ríos europeos. Esta tendencia es especialmente acusada en los cauces fluviales donde la presión humana es más patente, y uno de ellos es el Umia. La Estación de Hidrobiología Encoro do Con (Vilagarcía) participa en un proyecto europeo denominado "Migranet", cuya finalidad es estudiar las poblaciones de peces migratorios, y proponer a las administraciones una serie de medidas correctoras. Este proyecto entra ahora en una nueva fase, pues la Xunta de Galicia acaba de finalizar la instalación de una red de control junto a los bombeos de Ponte Arnelas (Vilanova), que servirá para contabilizar los ejemplares de salmón o trucha que suben por el cauce para criar y, de este modo, avanzar en el conocimiento de sus poblaciones.
El director de la Estación de Hidrobiología, el profesor Fernando Cobo, apunta que "los datos de que disponemos hasta ahora indican que se está produciendo una disminución del número de peces en todos los ríos gallegos, y que esto afecta también a los migratorios". En el caso del Umia este problema sería especialmente agudo, al tratarse de un río que soporta una elevada presión humana.
Esta presión no solo se manifiesta en las construcciones, sino también en la elevada contaminación que padece el cauce en forma de vertidos, y que originan episodios importantes de mortandad o enfermedad en épocas en las que el río baja con poca agua, la destrucción de la vegetación de ribera, los dragados y canalizaciones, o incluso los paseos y las playas fluviales que se están haciendo últimamente en varios tramos del río, a menudo sin una adecuada planificación hidrobiológica previa.
Sin embargo, los datos actuales tampoco indican que se haya producido un descenso tras el accidente de la química Brenntag, en 2006. Tras el incendio y posterior vertido murieron todos los peces que había en el tramo comprendido entre Veigas de Almorzar (Caldas) y Ponte Baión, pero posteriormente se recolonizó la zona, y en la actualidad las poblaciones existentes son similares a las que había antes de septiembre de 2006.
En líneas generales, se percibe una cantidad importante de reo, si bien podría ir en disminución por culpa de los episodios de contaminación que todavía sufre el río. En el caso del salmón, su presencia en el Umia es testimonial, al tratarse de un río "muy alterado" por la actividad humana.
Pero para disponer de una tabla de datos exacta y poder analizarlos a largo plazo era necesaria la red de control que acaba de instalar la Consellería de Medio Ambiente en Ponte Arnelas. Se trata de un "contador" de peces y de una estación de captura, que están financiados al 75 por ciento con fondos de la Unión Europea. El objetivo final es diseñar una estrategia conjunta entre España, Portugal y Francia para mejorar la presencia de los peces migratorios en sus ríos. La Estación de Hidrobiología -que depende de la Universidade de Santiago- juega un papel decisivo en este proyecto.
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