Carlos Delgado, el
conseller balear de Turismo y Deportes, vuelve a acaparar titulares, portadas y
eco en las redes sociales. Su imagen de una cacería del año 2009, con los
testículos de su pieza de caza por montera destapada por el diario Última Hora,
han devuelto a Delgado a la primera plana.
La oposición al gobierno
balear del PP no ha tardado en censurar el comportamiento del responsable de
Turismo y, por lo tanto, de promover la imagen extgerior de uno de los
principales destinos turísticos de España. La coalición formada por PSM,
IniciativaVerds y Entesa asegura que Delgado «no pude continuar como embajador
de la imagen de las islas, ya que hace poco había aprobado una ley de turismo
sostenible y ahora se ha retratado en un acto bochornoso y patético», según el
portavoz del grupo parlamentario, Antoni Alorda.
Por su parte, la portavoz
del grupo parlamentario del PSIB (el partido socialista de Baleares), Francina
Armengol, describe la foto como «absolutamente lamentable». «No son propias de
un cargo de primer orden, y que además es el encargado de hacer la promoción
turística de Baleares», insistió Armengol, según recoge Mallorcadiario.com.
Las imágenes del diario
Última Hora muestran a Carlos Delgado con un rifle en la mano y encima de un
ciervo de gran tamaño abatido en una cacería en el 2009, cuando era alcalde de
Calviá. En la otra imagen se aprecia el rostro ensangrentado de Delgado con los
testículos del animal por montera y haciendo el gesto de la victoria con ambas
manos.
Delgado fue noticia hace
unos meses por haber contratado a su novia como asesora de la consellería. Poco
despué sde trascender este hecho tuvo que despedirla. Delgado defendió la
contratación de su pareja en el departamento de prensa de su conselleria como
un «éxito de gestión política» que volvería a hacer y que había supuesto un
ahorro de 50.000 euros a las arcas públicas.
«Creo que es un paso más
en la labor de austeridad y de ahorro y optimización de los recursos públicos»,
afirmó el conseller en declaraciones a los periodistas. Al día siguiente, el
portavoz del Govern balear, Rafael Bosch, mostró el total respaldo del
Ejecutivo a la contratación, de la que destacó que había supuesto un ahorro de
50.000 euros. Bosch aseguró con rotundidad que esta contratación no violaba el
código de buenas costumbres del PP que impide la contratación de familiares.
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