Una pescantina, en un momento de la subasta en la lonja del Berbés |
Si ya estaban preocupados, ahora el nerviosismo ha cundido entre los dos centenares de casas armadoras que han recibido avisos de inspección de Hacienda tras la investigación iniciada por la Agencia Tributaria en la Cooperativa del Mar San Miguel, de Marín, a la que ha abierto un expediente informativo por supuesto fraude en la venta de pescado en la lonja de Vigo. Aunque hay afectados de todo tipo, la mayor parte de las que están recibiendo liquidaciones por supuestos impagos de IVA son pequeñas empresas familiares que viven o malviven al día.
Y son precisamente las consecuencias de esa cascada de comunicaciones de inspección lo que más preocupa a la Cooperativa del Mar, que subraya que ha colaborado desde el mismo momento en que los inspectores de Hacienda -y no la Guardia Civil- irrumpieron en las oficinas de O Berbés para esclarecer este engorroso caso. Enojoso porque se trata de explicar un sistema complicado, de casuística muy diversa y en el que hay que repasar millares y millares de facturas: las que se emitieron entre el 2007 y el 2010, los años que investiga la Agencia Tributaria. «Se cada día se emiten en torno a 2.000 facturas e se están mirando tres anos...», comentan desde la sociedad investigada para ilustrar la complejidad de la operación.
Fuentes de la cooperativa subrayan que Hacienda, después de revisar la documentación, constató que los apuntes estaban bien y que «non hai contabilidade paralela, nin B, nin cousas raras». El problema surge cuando los inspectores intentan comprender esos albaranes con cantidades en blanco que se corresponden con el pescado conforme, las ventas que se realizan con carácter previo a la subasta y que se facturan a posteriori, cuando se conoce el resultado de la puja.
Albaranes que, además, son diferentes si se expiden a una embarcación de bajura, en la que aparece el nombre del barco y la cantidad de cada especie que entrega a conforme, o si se emite para un buque de altura, en el que solo figura el concepto general, además del nombre. La cooperativa marinense ha tenido que responder, dice, a decenas de preguntas de la inspectora, cuestiones tan puntuales que han hecho trabajar «como ananos» a «20 compañeiros» que tuvieron que emplearse a fondo en buscar, por ejemplo, «a factura de catro xurelos que se venderon un día concreto de agosto, ou esclarecer que pasou con un bogavante de 650 gramos que non aparecía facturado», apuntan.
La agrupación de Marín incide en que el problema de fondo es el desconocimiento de cómo es el sistema de comercialización de la lonja, donde el marinero puede retirar de la subasta el pescado si no está de acuerdo con el precio, o dispensar producto sin tasar porque los mercados centrales no pueden esperar a la hora de la subasta para disponer de producto ni las pescaderías abrir sin mercancía para vender.
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