Un operario en una de las bateas instaladas en la costa gallega por la Xunta |
Un grupo de mariscadores de Ferrol y de Fene-Barallobre arrojaron ayer cerca de 200 kilos de almeja muerta de la ría ante el edificio administrativo de la Xunta situado en la plaza de España, para protestar por "el mal funcionamiento" del sistema de depuración mediante bateas y demostrar que los profesionales del mar no mienten cuando denuncian que los dispositivos instalados por la Xunta para regenerar el marisco procedente de zonas contaminadas no funcionan.
La movilización se produjo sobre la una de la tarde, horas después de que los mariscadores de las Cofradías de Ferrol y de Barallobre acudiesen a faenar al banco marisquero de As Pías para trasladar su producción a las bateas de depuración intensiva que están situadas en la zona externa de la ría ferrolana.
El molusco muerto que arrojaron ante el edificio de la Xunta procedía precisamente de las bateas de depuración que le fue devuelto a los pósitos entre el martes y el miércoles pasados después de pasar un mes alojado en las dos bateas instaladas en Ferrol y Barallobre y de que hubiera fallecido, lo que impide su comercialización.
El portavoz y vicepatrón de la Cofradía de Barallobre, Manuel Bañobre, explicó que el objetivo de la protesta protagonizada ayer ha sido "demostrar que la batea no funciona y que los mariscadores no mienten".
El patrón mayor de la Cofradía de Ferrol, Rubén Ferrer, añadió por su parte que en caso de que la mortalidad de las partidas depositadas "supere el 10%", la Xunta se comprometió a financiar su coste, aunque la situación de penuria de los profesionales y de los pósitos de Ferrolterra hacen que las cofradías "no puedan asumir ni siquiera un 1%". "Mientras no pase un 10% ellos dicen que no asumen nada, y esto aboca al cierre de las cofradías y volver a lo de antes; cada uno con una bandera pirata y a vender producto como los ilegales", agregó.
Los representantes del pósito ferrolano denunciaron además que la Xunta no ha procedido a abonar todavía las cantidades comprometidas por la mortalidad del marisco de la batea, una cantidad que, según el patrón mayor de la Cofradía de Ferrol, asciende a a "unos 36.000 euros".
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