sábado, 19 de julio de 2014
El salmón del Atlántico es capaz de adaptarse a aguas más cálidas
Un grupo de científicos de la Universidad de Oslo y de la Universidad de Columbia Británica ha descubierto que las poblaciones de salmón del Atlántico tienen una sorprendente capacidad de adaptación a las temperaturas más cálidas asociadas con el cambio climático. Este hallazgo sobre la especie del Atlántico se suma a recientes investigaciones apoyadas por la UBC sobre la tolerancia al calor del salmón del Pacífico.
El nuevo estudio, una colaboración entre investigadores noruegos y canadienses, fue financiado por el Consejo de Investigación de Noruega y publicado recientemente en Nature Communications.
Los autores de la investigación de la UBC, entre los que figuran Katja Anttila, una becaria postdoctoral que ahora trabaja en la Universidad de Turku en Finlandia, y Tony Farrell, presidente de Acuicultura Sostenible, plantea preguntas en torno a cómo el cambio climático podría afectar la distribución de las especies de salmón y su abundancia.
Los científicos estudiaron salmones silvestres de dos ríos europeos. Compararon una población de agua fría del río Alta, al norte Noruega, donde las temperaturas del agua no han superado los 18 °C durante 30 años, con las poblaciones de aguas cálidas del río Dordogne en Francia, que se encuentra 3.000 kilómetros al sur, donde las temperaturas anuales del agua suelen exceder los 20 °C.
Huevos procedentes de ambas poblaciones fueron incubados en la Universidad de Oslo, donde se mantuvieron entre 12 °C y 20 °C. A pesar de los entornos naturales sustancialmente diferentes, ambas poblaciones mostraron capacidades muy similares cuando la temperatura se elevaba.
Cuando se criaron a temperaturas de 12 °C, los salmones de ambas poblaciones desarrollaron arritmias cardíacas entre los 21 °C y 23 °C, después de una frecuencia cardíaca máxima de 150 pulsaciones por minuto. Pero aquellos criados a 20 °C, sorprendentemente desarrollaron arritmias cardíacas a 27,5 °C, después de que el corazón llegó a 200 latidos por minuto. Los investigadores observaron que al aumentar la temperatura de aclimatación de los peces en 8 °C, se elevaba la tolerancia a la temperatura en 6 °C.
"Los resultados son sorprendentes", afirma Farrell. "Un pez que enfrenta temperaturas muy calientes podría reubicarse o incluso morir si estas fuesen demasiado extremas. Tenemos aquí pruebas de la aclimatación a temperaturas cálidas de una especie de peces comercial y culturalmente importante."
Fuente: FIS.com
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