Las aperturas en los polígonos mejilloneros de registradas
durante los últimos días en las rías de Arousa y de Muros-Noia podrían tener en
breve su reflejo en la comarca de O Morrazo. Al menos eso espera el sector
bateeiro de las rías de Pontevedra, Aldán y Vigo, que acoge con moderado
optimismo el resultado de las últimas analíticas. En la ría de Vigo ya abrió
uno de los parques situados en aguas de Moaña y en Aldán acaba de abrir el
Cangas A, el más pequeño de los dos polígonos bateeiros. Incluso en Bueu ven
con cierto optimismo el futuro inmediato. "Los análisis apuntan que en
agua no hay rastros de la toxina, ahora hay que esperar a que el mejillón
depure", explican desde una de las agrupaciones del sector.
Este panorama parecía poco menos que impensable hace unas
semanas, cuando en Bueu se temían incluso estar cerrados hasta la próxima
campaña de Navidad. La razón de este viraje hay que buscarla en los vientos del
norte de las últimas fechas. "Han servido para sacar la toxina y para
enfriar el agua de las rías", explican veteranos bateeiros, que señalan
esta circunstancia como clave. "Ahora hay que esperar que no entren
vientos de componente sur", desean.
A finales de la semana pasada en la ría de Vigo abrió el
polígono Cangas E, que agrupa a unas 25 bateas en las inmediaciones de A Borna.
Mejilloneros de esta ría creen que a lo largo de esta semana deberían abrir los
otros dos parques emplazados en aguas moañesas y los tres de la bocana de la
ría de Vigo. "En el de Liméns [Cangas G] ya hubo un resultado bueno y si
se vuelve a repetir podría abrir ya", explican.
Las buenas noticias llegaron también hasta la pequeña ría de
Aldán, donde ayer se podía reanudar la extracción de mejillón en la treintena
de viveros flotantes emplazados entre Areabrava y Arneles. Las noticias sobre
el otro parque bateeiro, que suma unos 70 viveros, también son positivas y su
apertura podría ser inminente.
Estas señales se ven con cierto optimismo desde Bueu, donde
sus bateas están cerradas desde finales de marzo. Sus tres polígonos son
siempre los primeros en cerrar y los últimos en abrir. El optimismo es sólo
relativo porque algunos productores apuntan que "el problema no es tanto
la toxina como el hecho de que el bivalvo aún está un poco flaco para su
venta".
Fuente: Faro de Vigo
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