A la
turbidez del agua de la playa de A Compostela (en Vilagarcía) ayer se sumó un
reguero de espuma blanquecina que los bañistas detectaron cerca de la orilla, a
la altura del chiringuito de madera, poco después del Balneario.
En esa zona
no existe ningún emisario submarino que desemboque en el mar. Con todo, la
calidad del agua de A Compostela no sobrepasa el suficiente, y por ello perdió
hace unos años la Bandera Azul.
Aparte de la
suciedad en el agua, los usuarios de la playa urbana de Vilagarcía también
tienen que sufrir la molesta presencia de una buena cantidad de pequeños
insectos que, aunque no producen picaduras, suponen un verdadero incordio,
posándose en los cuerpos de los bañistas constantemente. En pleno verano, A
Compostela no ofrece su mejor imagen. Tampoco Bamio, que la semana pasado
sufrió un vertido de fecales que, no obstante, está solucionado.
Fuente: Faro
de Vigo
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