El pasado miércoles vertidos fecales afectaban a la playa de
Liméns, y ayer la historia se repitió en Vilariño para completar una
"semana negra" en el litoral de Cangas. Miles de litros de residuos
procedentes de los pozos repartidos por las parroquias de Aldán y O Hío, según
los vecinos, acabaron en el río da Lagoa y se filtraron durante horas en sus
riberas y en la arena de la playa tras una avería eléctrica que dañó el sistema
de alerta de reboses de Vilariño e impidió a técnicos de Aqualia actuar con la
celeridad necesaria. El Concello atribuye el fallo a un apagón eléctrico que
afectó de madrugada a varios puntos del municipio, provocó "continuas
subidas y bajadas de tensión" y acabó por fundir el "chivato"
del bombeo. El edil de Medio Ambiente, Jesús Graña, aseguró que a mediodía
quedó solucionado el problema con la instalación provisional de otra bomba
"más potente", y anunció que el gobierno local presentará una
denuncia contra Fenosa "por el daño que se hizo y por el que se podría haber
hecho", mientras la asociación de vecinos Pedra Amarrada exige que se
limpie el cauce "a fondo" y que se tomen "dunha vez" todas
las medidas necesarias para prevenir nuevos vertidos.
Desde el Concello y Aqualia señalan que los problemas
empezaron a detectarse de madrugada coincidiendo con los apagones en varios
puntos de la parroquia de O Hío provocados por una avería en el entorno de la
piscifactoría de Nerga. El personal de la empresa acudió a revisar el pozo de
bombeo alertado por el "chivato", aunque no detectó más anomalía que
las oscilaciones de tensión. Es el motivo que se atribuye a que el cuadro de la
maquinaria acabara "quemado" y desde entonces no avisara del rebose,
que fue advertido por los vecinos a primera hora de la mañana y dieron la voz
de alarma a través del 112. "Debeu estar media noite vertendo. Está todo
embadurnado e o fedor é insoportable", resumía una persona que reside en
la zona.
Poco después se trasladaban al lugar agentes de la Policía
Autonómica para realizar un informe y recoger las primeras muestras. También lo
hacía una patrulla de la Policía Local, mientras en las inmediaciones vigilaba
una unidad del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia
Civil, aunque no intervino oficialmente, según los testigos. Varios vecinos
comunicaron a los inspectores que no es la primera ni la segunda vez que este
tipo de vertidos se producen en Vilariño. "Unhas veces por avería e outras
porque chove moito, o caso é que sempre estamos nelas", explicó un
representante de la asociación vecinal para ilustrar que padecen esa situación
"con certa frecuencia" y exigir no sólo que cesen los vertidos, sino
que se limpie "a fondo" todo el entorno impregnado con restos fecales
y que llegaría también al mar con la subida de la marea.
Al pozo de bombeo de Vilariño llegan los residuos que se
canalizan desde otros puntos de las parroquias de Aldán y O Hío, como
Areabrava, Ameixide, Pinténs, Arneles o el situado junto a la Casa do Mar de
Aldán. "Es el bombeo que más trabaja de todo el municipio de Cangas",
reconoce el concejal de Medio Ambiente, que destaca también el mayor volumen
que recibe en la temporada estival por el considerable incremento de visitantes
a la zona. Desde ese "bombeo madre" de Vilariño se impulsan luego
hacia los de Liméns y Santa Marta, última estación antes de llegar a la
estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Balea.
Precisamente esa acumulación en las tuberías de residuos
procedentes de los distintos bombeos provocó que el aliviadero siguiera activo
en Vilariño durante las primeras horas de la mañana de ayer, aunque en torno al
mediodía se dio por estancado el problema. En los momentos álgidos había
bajamar, aunque, según destacan los vecinos, los residuos se filtran en la
arena y acaban por contaminar también la playa.
Aunque en este caso concreto Fenosa tiene mucho que decir
porque los informes recabados apuntan a que fueron dichas "subidas y
bajadas de tensión" las que originaron el problema que derivó en vertidos
- "pediremos responsabilidades por vía judicial", recalca Jesús
Graña-, el edil asume que las instalaciones no están en las mejores condiciones
y que será necesario "redimensionarlas" para prevenir nuevos
problemas en el futuro.
El primer paso en esa dirección es la adjudicación del ciclo
integral del agua (abastecimiento, saneamiento y depuración) a una sola
empresa, y la actual concesionaria, Aqualia, tiene todas las bazas para ello,
ya que carece de competencia en el concurso abierto por el Concello. Su oferta
fue la única que se presentó a la convocatoria, incluso después de que el
Concello lo licitara por segunda vez rebajando las condiciones exigidas por el
tribunal vinculado al Ministerio de Hacienda que anuló una de las cláusulas que
aparecían en el pliego.
La mesa de contratación se reúne esta mañana en el Concello
para abrir el sobre C, donde figura la oferta económica. Los dos anteriores ya
fueron abiertos previamente y cuentan con el informe de Lagares Ingeniería, la
consultora contratada para asesorar a la Administración en este caso. En el pliego
de condiciones ya figura la obligación de la concesionaria de revisar toda la
red y de hacer inversiones para mejorarla.
Fuente: Faro de Vigo
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