Los dos turistas retenidos en Laxe en contra de su voluntad por una supuesta deuda de 26.000 euros continúan a la espera de la resolución de su caso por vía judicial. Reconocen que la situación se ha demorado demasiado porque ya han pasado más de cuatro meses y todavía no saben cuando podrán regresar a sus casas. En la embarcación ya ondea desde hace semanas una pancarta con el lema 'Secuestro' para que todo el mundo conozca su situación. La prensa internacional también se hizo eco de esta noticia.
Más de cuatro meses secuestrados en Laxe. Los dos turistas centroeuropeos que el pasado 3 de junio llegaban a este pequeño puerto de la Costa da Morte se han tomado la situación con humor y ya parecen unos nuevos vecinos del pueblo. Todavía no saben cuándo podrán regresar a sus países porque el proceso judicial se está demorando demasiado y están pendientes de su resolución.
Roberto Bertaggia, un italo-belga de 62 años, ya se ha instalado en un apartamento que le ha dejado un amigo que hizo en el pueblo y allí se dedica a pintar sus cuadros, tal como hacía en su país. A diario regresa al yate Searing de su amigo, el suizo Jean Hager, y saca a su perrito a pasear por la playa aprovechando los últimos días que todavía quedan de este verano tardío.
A pesar de que en el pueblo han hecho muchos amigos, los dos confiesan tener ganas de regresar a su casa para ver a su familia y los suyos. Confían en que podrán hacerlo antes de Navidades, aunque en vista de que el proceso ya se ha demorado tanto, no son demasiado optimistas. Y dejando a un lado la mala experiencia que les tocó vivir, no tienen más que palabras de agradecimiento para la gente del pueblo. "Sacando tres personas, los demás se portan muy bien con nosotros", confiesan en un español ya casi correcto. De hecho, Roberto cuenta que sus próximas vacaciones volverá a pasarlas a Laxe y destaca todos los encantos descubiertos en tierras de la Costa da Morte.
La rocambolesca historia de los dos turistas comenzaba la noche del 3 de junio cuando el yate en el que se encontraban parecía irse a la deriva muy cerca de la playa. Entonces, tres embarcaciones de la localidad, el Fernando José, el Cabo de Laxe y el Xío, corrieron a socorrerlos. No se produjo daño alguno, ni personal ni material, de ahí que la compañía aseguradora de los turistas se niegue a pagar el rescate que le solicitan los pescadores, un total de 26.000 euros. Y como fianza, el juzgado marítimo permanente de Ferrol le ha impuesto una cifra de 20.000 euros para poder abandonar el lugar, cantidad que consideran desproporcionada y, además, aseguran no tener. "Pensamos que venían a echarnos una mano, pero no que vendrían a reclamarnos ese dinero", se queja Roberto Bertaggia. Los turistas reconocen que jamás se imaginaron una situación similar y aseguran que cuando contaron el caso a sus familiares y amigos no los creyeron. A estas alturas sí lo hicieron y su historia ya se contado en diversos medios internacionales.
k tomen polooooo kuuuuuuuu
ResponderEliminarpor ter tanta lenjua eos mariñeiros o uniko k fixeron fui salvarlle o yate de tar varado e teran dereito a unha indemizasion por parte d aseguradora o k nn kere e pajar o sejuro e por eso estan ai aver si vos enterandesss. un de laxe
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ooooooooooo
ResponderEliminarai k ter ben pouca vergonza habia de ver eu a eses k os "salvaron" se yes paara o mismo...bonita publicidad ye estades facendo o pueblo de laxe tendes o k merecedes
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