sábado, 5 de mayo de 2012

Esta noche, mareas mas vivas en Coruña



Si puede, mire fijamente a la Luna durante la próxima madrugada, a poder ser con un telescopio. Aproveche los pocos momentos en que las nubes se disipen en el cielo. No se arrepentirá. Lo que observe no lo volverán a ver sus ojos, ni tampoco los de sus descendientes, como tampoco la habrán visto la mayoría de los de sus antepasados. Se encontrará ante una superluna histórica.

La próxima madrugada, a las 5.34 horas, el satélite se situará en su perigeo. Es decir, en la distancia más cercana a la Tierra, de 355.125 kilómetros. Hasta aquí todo normal, porque este fenómeno ocurre una vez al año. Pero el suceso se convierte en inusual al coincidir este acercamiento con la fase de luna llena. Es entonces cuando se forma la superluna, aproximadamente un 14 % más grande y un 30 % más brillante, un espectáculo no solo para la vista, sino que también tiene incidencia en las mareas, que serán hasta 15 centímetros más fuertes.

Lo que ocurrirá esta madrugada, sin embargo, adquiere el rango de extraordinario porque desde el momento exacto del perigeo (5.34 horas) a la fase de luna llena (5,36 horas) solo habrá una diferencia de dos minutos, un hecho absolutamente excepcional. Según los cálculos realizados por el astrónomo José Ángel Docobo, director del Observatorio Astronómico Ramón María Aller, la menor diferencia histórica se produjo el 25 de enero de 1709, con tres minutos de diferencia. De cara al futuro, algo parecido no volverá a ocurrir hasta el 16 de junio de 2296, con cinco minutos de diferencia. Ni antes ni después habrá una proximidad mayor como la que se vivirá esta madrugada.

Pese a su excepcionalidad, a simple vista no será fácil de apreciar algo distinto en la Luna. «Es muy complicado observarlo. Si la noche está despejada se podría ver más brillante, pero hay que fijarse mucho», explica José Ángel Docobo, quien apunta que algunas personas se podrán sentir decepcionadas si no descubren la diferencia.

La Red Española para la Divulgación de la Astronomía aún va más lejos y asegura que un ojo desnudo es incapaz de distinguir una luna en apogeo (máxima distancia a la Tierra) y otra en perigeo, por lo que recomienda el uso de un telescopio. Si usted es uno de los afortunados que consiguen detectarlo, sepa que habrá vivido un momento histórico.

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