En toda Galicia la pesca fluvial sufre un acusado declive en los últimos años. Pero el 2012 se ha convertido en un año de contrastes en las aguas de la comarca. En el lado positivo, Beche, el embalse que protagonizó un preocupante vertido en las pasadas Navidades, se ha poblado en los últimos días de pescadores que se reparten una destacada cantidad de truchas. Para el Ayuntamiento no hay mejor síntoma para dar por cerrada la contaminación por carburante a raíz de un accidente en la autopista AP-9. «É un lugar cómodo, para xente que non lle gusta desprazarse moito», señala Antonio Cotos, veterano pescador que ayer estuvo acompañado por otros tres pescadores en las orillas del embalse de Beche, donde también es posible disfrutar de pequeñas embarcaciones de recreo.
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