Los ríos de la Costa da Morte continúan siendo los colectores a donde se envía la suciedad. Pese a los discursos oficiales de que hay que mantener limpios los cauces, todavía son visibles los efectos nocivos de la actuación del hombre, como es el caso del Anllóns, en las proximidades de la depuradora de O Formigueiro, donde estos días es palpable la presencia de espuma y otras sustancias nocivas flotando en el agua.
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