Añadir El presidente de la asociación naturalista Anabam, Agustín Ferreira, fue el que se percató de la nueva proliferación de fichas |
El misterio y la contaminación vuelven a ser visibles en el Miño y en el Atlántico. Tres años después de que unas extrañas piezas de plástico aparecieran en los aparejos de los pescadores llegándose a contabilizar por miles y suscitando el interés de decenas de personas de varios países, los populares carriers, han reaparecido.
Se fueron como vinieron, sin explicación alguna. Ni siquiera la investigación del Seprona consiguió entonces determinar la procedencia de estos plásticos que se utilizan en determinados tipo de depuradoras y que, según vaticinaron los expertos, «irán subiendo a la superficie con el tiempo, porque hay millones de estas piezas en el Miño». Es lo que aseguró entonces José Miguel Gambín, un empresario de Barcelona, responsable de una firma especializada, entre otras cosas, en los servicios de diseño e industria de energías renovables, agua y medio ambiente.
Los responsables de la asociación naturalista Anabam han confirmado ahora su reaparición y, por lo tanto, el potencial riesgo de contaminación. Su presidente, Agustín Ferreira, explica que descubrieron las primeras piezas en una limpieza de la costa que realizaron en abril en la playa de Camposancos en abril. «Daquela, aínda que chamou a atención de varios dos participantes na xornada, ninguén soubo que eran esas pequenas pezas plásticas que case se confundían coa cor da area de praia», recuerda.
Pero estaban ahí. Y seguían cuando en mayo hicieron otra limpieza en la zona rosaleira de Eiras. Dada la proliferación, la asociación Anabam acabó por proponer a un grupo de escolares del colegio Padres Somascos, que trataran de encontrar estas pequeñas piezas de plástico en un tramo del arenal de O Forte, perteneciente a la playa de Camposancos.
Los resultados confirmaron sus sospechas. «En pouco tempo foron localizadas e reunidas 451 pezas recollidas nun espazo duns 125 metros lineales». La entidad ha corroborado sobre el terreno, que estas piezas están diseminadas de nuevo por las riberas del Miño y es casi imposible no toparse con algunas en cuanto remueves las arenas de Camposancos.
Fernando Ferreira, presidente de la asociación de pescadores del Miño no pudo aún confirmar la afección de estos dispositivos que durante el 2010 llenaron sus redes de angula, «porque non estamos en campaña».
También entonces, las primeras piezas se localizaron en tierra, tanto gallega como lusa porque las playas de Caminha también se llenaron. Finalmente se divisaron también en los arenales de Nigrán a la vez que se confirmaba su hallazgo en el río Sena, en París y en otras playas del norte español y del sur galo.
Las diminutas piezas se llaman carriers o biocell filter media y se emplean en las depuradoras de lecho móvil.
Una tecnología que está basada en un sistema que consiste en introducir en el agua residual estas piezas, en las que crecen las bacterias que a su vez se alimentan de la contaminación del agua, por lo que la van depurando. Ante las dudas iniciales, la propia Guardia Civil descartó rápidamente una posible fuga de la depuradora de Tui, ya que no utiliza este sistema. También revisó las de la ribera gallega pero no se localizó ningún posible foco de origen.
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