Rocambolesco fue el final de una sesión vermú en Burela, en la Romaría do Monte Castelo, la de la Virxe das Marabillas. La Orquesta Alcázar tocaba la última pieza ante una audiencia que bailaba y charlaba. De repente, todas las miradas se dirigieron al palco. Dos músicos vociferaban, discutían, se empujaban y agredían. Sus compañeros intentaron separarlos. Dejó de sonar la música. Muchos romeros abrían y cerraban los ojos, estupefactos ante el violento e inesperado remate del aperitivo musical.
Testigos de la trifulca confirmaron ayer y anteayer el inverosímil final del primer pase de Alcázar en Burela. La orquesta la forman cuatro hombres y dos mujeres. Entre el sonido de la última canción, los romeros comenzaron a percibir cómo uno le reñía a una chica. Otro de los músicos salió en defensa de la mujer y acabaron peleándose. Estupefactos, los romeros vieron cómo la bronca iba aplacándose. Y también cómo el director de la Orquesta Alcázar sufría tal impresión que tuvo que recibir asistencia sanitaria. Una ambulancia se trasladó al campo de la fiesta, donde le prestó los primeros auxilios antes de llevarle al Hospital da Costa.
Esa bronca sobre el escenario se convirtió en el tema de conversación entre los romeros. Tanto en el monte como en Burela, surgió la duda de si la orquesta estaría en la verbena, para la que sido contratada. Al anochecer se despejó.
Deshaciéndose en excusas por el incidente, cuatro hombres y dos mujeres volvieron al palco, dieron lo mejor de sí para tratar de recompensar a la audiencia el bochornoso espectáculo de mediodía. Algunos de los que disfrutaron de sus ritmos explicaron que el batería de la noche era diferente al de la sesión vermú.
Todo eso sucedió a 421 metros de altura, en el mirador natural de Burela, justo cuando la Romaría del Monte Castelo entraba en su ecuador. Era el segundo día de juerga, porque el primero lo suspendió la comisión organizadora, en señal de duelo por la tragedia ferroviaria de Santiago. La fiesta concluyó el domingo después de la comida; antes, la Virxe das Marabillas fue sacada en procesión alrededor de la capilla.
Ayer, dos días después, el incidente seguía comentándose, tanto en Burela como en otras poblaciones de A Mariña. Ese final de fiesta seguramente no lo esperase nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario