domingo, 28 de julio de 2013

Escasez de pescado provoca subida del precio







Los precios de primera venta en las lonjas de Galicia están altos. En cierto modo puede decirse que se mantienen en los niveles del verano de 2012, e incluso que hay algún que otro producto más asequible de lo habitual. Pero en líneas generales hay que hablar de una escalada de tarifas e incluso apuntar que en determinadas especies hay una diferencia muy considerable si el coste actual se compara con el que se manejaba en febrero.

Es evidente que la escasez de algunos productos, pero sobre todo la creciente demanda de otros -los más preciados por los turistas- contribuyen a encarecer esos mariscos y pescados de las rías gallegas de los que tanto se habla cada temporada estival.

El mayor problema es que la presencia de biotoxinas marinas, que no causan trastorno alguno a la salud pública si se respetan las normas, pero que pueden provocar el desabastecimiento puntual de los mercados, parece augurar que los precios de algunos bivalvos van a subir todavía más en lo que resta de verano.

Al margen de interpretaciones, los datos reales y constatables dicen que entre febrero pasado y el mes en curso la almeja babosa y la japónica incrementan su precio máximo por kilo en 2 euros, como el berberecho, mientras que el choco cuesta 6 euros más, la cigala se paga a 20 euros más que entonces y tanto el lenguado como la merluza subieron 16 euros en los últimos cinco meses.

Es cierto que algunos productos están más baratos, como el percebe, cuyos topes están 19 euros por debajo, o el camarón, que este mes costó 14 euros menos por kilo que en febrero.

Pero son casos muy concretos, y escasos, ya que la mayoría de las especies experimentaron incrementos en las rulas gallegas, como los 9 euros más que cuesta la sardina o los 4 euros más por kilo que se marcan como tope para el rodaballo.

El incremento de precios no solo se hace notar respecto a febrero, sino que también hay una sensible escalada en comparación con julio de 2012.

La almeja babosa, por ejemplo, marcaba entonces un tope de 23 euros por kilo, mientras que este mes ha rondado los 25 euros. Hay otros ejemplos a citar, como el del berberecho, que pasó de 14 a casi 19 euros por kilo, o el besugo, que hace un año tenía un precio máximo de 29 euros y que este mes alcanzó topes cercanos a los 48 euros por kilogramo en las lonjas de Galicia.

Dejando ya a un lado las comparativas, y para abundar en los precios que marcan en la actualidad los pescados y mariscos con más salida en los puertos gallegos, puede decirse que este mes el rape marcó topes en lonja por debajo de los 18 euros, el percebe se quedó en 100 euros el kilo, la merluza subió hasta los 35 y el pulpo llegó a 10 euros por kilogramo.

Otros precios máximos destacados de las rulas son los cerca de 17 euros que llegaron a costar los rapantes, los 14 euros por kilo que alcanzó la sardina o los 18 euros que se pagaron por el mejor sargo común, todo ello en el presente mes, en el que llegaron a abonarse cerca de 7 euros por el kilo de jurel.

En lo que va de año se vendieron en Galicia más de 84 millones de kilos de producto que generaron unos ingresos de 213 millones de euros en las diferentes lonjas.
Entre las rías más importantes aparecen la de Vigo, con más de 18 millones de kilos y 58 millones de euros; y la de Arousa, donde también se rondaron los 18 millones de kilos, para facturar por ello algo más de 33 millones.

En este caso, cabe destacar el papel de Ribeira, con 16 millones de kilos de mercancía y casi 20 millones de euros. A esto se suman los 2 millones de euros facturados tanto en A Illa como en Carril y los cerca de 3 millones de Cambados y O Grove.

Respecto a las lonjas de las demás rías, puede decirse que en las de Pontevedra ingresaron algo más de 6 millones de euros, en las de Muros-Noia se acercaron a los 7 millones, las rulas de la Costa da Morte se quedaron en 3 millones de euros y las de A Coruña-Ferrol se aproximaron a los 48 millones de euros desde que empezó el año.

Por otro lado, el episodio tóxico que afecta a las bateas de cultivo de mejillón se mantiene estable, con 45 polígonos cerrados en las diferentes rías y solo cinco autorizados para la extracción, tres de ellos en Vigo y los otros dos en aguas de Ares-Betanzos. En lo que hay cambios, para peor, es en relación con los infaunales -los bivalvos que como la almeja, el berberecho o la navaja viven enterrados en sustrato-, ya que se han decretado nuevos cierres, lo cual es tanto como decir que las biotoxinas marinas siguen extendiéndose por los diferentes bancos marisqueros.

Desde el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) procedieron ayer al cierre de cuatro zonas más en la ría de Arousa, de tal modo que en estas aguas ya hay cinco espacios cerrados, frente a dos que siguen abiertos.

Las otras zonas en las que está prohibido extraer infaunales están en Camariñas, Muros-Noia, Pontevedra y Vigo, en estas dos últimas rías con sendas zonas cerradas y cuatro abiertas en cada caso.


  

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