Solo se puede disfrutar incluyendo mojadura, y aún así poco. Cuando la Fervenza do Toxa ruge, cuando tiene su razón de ser como cauce vigoroso de agua, su enclave se convierte en un infierno de agua, vapor, bruma, todo entre peñascos áridos que dejan al viajero a muchos metros del estanque que forma su caída y empapado a poco que se descuide. Entrar en ese infierno requiere intrépidos.
Es deporte extremo con poco riesgo y sensaciones elevadas. A los que llegan de normal se les esconde el objeto final del viaje. Pasar a ver el infierno dantesco y maravillosa es exquisitez para pocos. Alguno hubo el viernes entre el más de medio centenar de coches y autocaravanas que a media tarde aparcaron en sus accesos.
La fervenza do Toxa es un salto de agua ubicado en la parroquia de Palacios, en el concello de Silleda, en la provincia de Pontevedra . El río que hace que la cascada es río Toxa, que vierte sus aguas por un desnivel de más de 60 metros . La caída de agua, junto con el Monasterio do Carboeira, se encuentra en un espacio natural de gran valor paisajístico de la comarca de Deza, conectados a los ríos ríos Deza, Liñares, Ulla y Arnego .
Poder admirar esta "fervenza" o "cadoiro" (cascada) es hoy por hoy, un verdadero privilegio para cualquiera que se acerque hasta aquí. En pleno siglo XXI aun podemos encontrar un lugar de extraordinaria belleza, donde la verde vegetación, la roca y el agua se funden para conseguir esta obra maestra de la naturaleza. El Río Toxa tiene el honor de caer cerca de 30 m en caída vertical y de esculpir la roca del mil formas, todo rodeado de un denso bosque de carballos, castaños, alcornoques y decenas de especies más.
Nos encontramos ante un primitivo bosque autóctono de Galicia. Así era hace cientos de años y sólo en nuestras manos está, que permanezca así otros cientos de años más. La presión del hombre en los alrededores actualmente está mermando el espacio de enclave natural. Ejemplo claro está cien metros más arriba del salto, donde la línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago atraviesa el río con una enorme brecha de destierro y desbroce forestal.
A la fervenza accederemos por dos lugares diferentes; desde arriba con un mirador preparado para observar el salto desde su parte más alta y también las espectaculares vistas de la unión de los río Toxa y Deza, encajados en sus valles. Por debajo del mirador discurre un canal de agua que atraviesa la roca por pequeños túneles, aunque transitable no es recomendable, debido a su peligrosidad.
Seguiremos, preferiblemente andando, una pista que baja hacia el valle y hacia el corazón de la fervenza. Pasaremos entre bosques plagados de castaños, carballos, alcornoques y hasta la rara " amorodeira" con sus exquisitos frutos rojos, los "amorodos". Una vez abajo disfrutaremos de la imagen más bella. Nos encotraremos justo a los pies del salto, el cual podremos observar encima de nuestras cabezas. Es difícil detallar con palabras lo que veremos aquí. La única forma de describirlo es verlo por uno mismo. Lugares como este hacen que Galicia de verdad sea "máxica".
A pocos km del este lugar se encuentra el monasterio románico de Carboeiro y la hermosa ermita gótica de San Pedro de Ansemil.
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