Corrían los primeros meses del 2011 cuando el emisario que teóricamente conduce las aguas de escorrentía del Xiabre a la ría sufría su primera avería importante. El sistema se venía abajo, literalmente, descubriendo el último tramo del denominado río de A Tripeira en plena playa de A Concha. Y, con él, un notable problema de vertidos asociados a lo que debía ser una corriente limpia. Ayer, la portavoz socialista en Vilagarcía, Tania García, que entonces dirigía el área municipal de Xestión do Territorio, y su compañero de grupo, Lino Mouriño, denunciaron a pie de arena que, transcurridos dos años, la situación continúa como estaba. Y, lo que es peor, que el actual gobierno local parece desconocer si las obras que deberían remediarla disponen de los preceptivos informes para ser acometidas.
«Na reunión do consello de Xerencia de Urbanismo de hoxe -explica García, refiriéndose a la mañana de ayer- o alcalde non foi quen de respostar a algo tan sinxelo como se tanto Augas de Galicia coma a Consellería de Política Territorial e Costas emitiran xa os ditames correspondentes, polo que supoñemos que eses informes non están», deduce la concejala.
Para el PSOE, que recuerda que la antecesora de Tomás Fole en la alcaldía, la socialista Dolores García, dejó firmado el correspondiente convenio con el Ministerio de Fomento, que debe ejecutar las obras, en primavera del 2011. «É evidente que non fixeron nada, nula xestión e nulo rendemento, por non chamarlles lacazáns directamente», les reprochan García y Mouriño a los responsables del actual bipartito conservador. No menos grave, concluyen ambos, es la respuesta que Ravella dio en enero de este año, cuando el emisor volvió a fallar, acerca del estado del proyecto: «O goberno de PP e Ivil dixo que os traballos comezarían en dez días».
Si el tráfico en Vilagarcía se caracteriza, en condiciones normales, por su densidad, lo que puede pasar en cuanto se inicie la canalización del regato que cruza la playa de A Concha necesitará adjetivos bastante más contundentes a la hora de ser descrito con cierta fidelidad. La intervención que desarollará el Ministerio de Fomento afectará a la avenida Rosalía de Castro, la arteria que comunica el centro de la ciudad con Carril y el norte del municipio y la comarca. El Concello confirmó ayer que, sin precisar todavía cuándo, cómo y cuánto tiempo, sí será necesario cortar el tráfico en algún momento durante el desarrollo de los trabajos.
La interrupción de la circulación rodada, aproximadamente a la altura del semáforo que da acceso a la rotonda de O Ramal, no constituye ninguna minucia. De acuerdo con el estudio de aforos que cada año desarrolla la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, titular de la vía, la PO-548 es cruzada cada día por un promedio de 9.736 vehículos. Se trata de una media que tiene en cuenta la caída en la intensidad del tráfico que se produce en las jornadas festivas. Porque la lectura, por lo que respecta a los días laborales, es todavía mayor: 10.172 desplazamientos.
Alrededor de un 5 % de estos diez mil vehículos que cada dia recorren Rosalía de Castro son transportes pesados. Los datos de la Xunta indican, así, que 535 camiones emplean diariamente la vía que comunica Vilagarcía y Carril. El sentido de circulación traza una bisectriz exacta: la mitad de estos desplazamientos de mercancías transitan hacia el centro de la ciudad, mientras la otra mitad lo hace en dirección norte. También el plan de movilidad, encargado por el anterior gobierno municipal, contiene información de interés a este respecto. Lejos de lo que pueda parecer, los viajes en coche hacia Carril se incrementan después del mediodía.
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