La primera jornada de pesca en los ríos de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes augura una buena temporada gracias a las intensas lluvias que se registran sobre la zona desde noviembre del año pasado. Las precipitaciones y la casi media docena de nevadas favorecen la limpieza del fondo de los ríos y también el desove, aunque se aguarda que sus efectos se noten más durante la temporada del año que viene, según explica el expresidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, Luis Nistal. El elevado caudal y las buenas condiciones de las aguas hacen prever a muchos de los aficionados a la pesca en la zona que el volumen de capturas se eleve tan pronto como comiencen a hacerlo las temperaturas.
Ayer, los pescadores contaron con la ayuda de la climatología, sin precipitaciones pero, eso sí, temperaturas muy bajas que impedirán hasta mayo pescar con las modalidades de cucharilla y pluma -tampoco recomendables en caudales muy altos-. Los resultados también fueron desiguales según la zona en que se pescase: mientras en los cotos de la sociedad lalinense -sobre los ríos Deza y Arnego- muchos deportistas ya habían cubierto su cupo de 10 presas antes del mediodía, los trasdezanos que también capturan sobre el Deza se quejaban de que el resultado había sido irregular. Eso sí, uno de los deportistas de la Sociedade de Pesca de Silleda capturó sobre estas agua una pieza de 50 centímetros, que superaba, y de largo, los 19 que, como mínimo, establece la ley. El colectivo trasdezano, que preside Toño Toxa, dispone de más de un centenar de amantes de la pesca.
Los deportistas muestran los cebos que utilizaron para las truchas |
Precisamente, las aguas del Arnego que deben 'compartir' los pescadores de Lalín y de Rodeiro no están exentas de polémica. En la sociedad rodeirense se cuenta con un centenar de pescadores, incluidos los de zona libre, que en más de una ocasión hicieron constar "un descenso de la población de truchas desde hace dos años", como explica el presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Rodeiro, Rubén Quintá. Su hasta hace escasos días homólogo de la de Lalín, Luis Nistal, asegura que "en nuestro coto del Arnego para nada existe menos densidad de trucha. En la pesca eléctrica que realiza tanto Medio Ambiente como nosotros, con empresas especializadas, para realizar conteos, se constató que la pirámide de población de esta especie está bien. Creo que ello tendría que acallar las críticas sobre mi supuesta gestión nula en cuanto a pesca", en clara referencia a las críticas que realiza la candidatura alternativa a la de Nistal para presidir el colectivo, y que encabezan José Luis Gil y Santiago Saavedra. Nistal recalca que "somos el único coto de toda la comarca y de los pocos de toda Galicia que dispone de un plan piscícola". Preguntado por si sería necesario elevar el cupo de 10 truchas por pescador, responde de forma tajante que "no es una cuestión prioritaria. La pesca es una manera de distraerse, no un medio de llevar pescado a casa", asevera.
Dos pescadores, ayer, en las aguas del río Toxa a su paso por la localidad silledense de Rellas |
En A Estrada, el arranque de la temporada prometía a primera hora de la mañana. El reloj todavía no marcaba las 08.00 y ya había pescadores probando suerte en el río. Y muchos la tuvieron. En esas primeras horas pudieron verse importantes capturas. Sin embargo, después de las 10.00 la cosa cambió. Según explicaron fuentes consultadas por esta Redacción, el viento varió repentinamente, comenzó a soplar norte y las truchas dejaron de picar. En todo caso, desde la Sociedade Deportiva Río Ulla se señaló que los ríos están limpios y que llevan un buen caudal, algo que aguardan favorezca a quienes practiquen la pesca. En el curso del Liñares algún pescador había logrado ya a media mañana echar seis truchas a su cesta.
En Forcarei, el presidente de la sociedad de caza y pesca, José González Picón, reconoció que el tiempo todavía estaba ayer demasiado frío para favorecer la pesca. Señaló también que el aire norte no fue propicio. Trasladó que con el frío las truchas están en el fondo del río y no se mueven tanto para buscar alimento, como hacen cuando el calor comienza a generar movimiento en la superficie con la presencia de insectos. Indicó que es entonces cuando estos peces suben más para alimentarse.
González Picón señaló que en esta primera jornada hubo capturas aunque no demasiadas. "Creo que la temporada puede ser buena", auguró, aludiendo al importante caudal de los ríos e incidiendo en que las condiciones mejorarán cuando el tiempo no sea tan frío. Indicó también que estas caudalosas aguas traerán beneficios a largo plazo, porque las truchas pueden subir a desovar. En el coto de Forcarei 16 pescadores pudieron probar suerte. Otros muchos lanzaron su caña en los tramos libres. En cuanto al cebo, este pescador forcaricense aseguró que es cuestión de gustos. "Las truchas se dejan engañar pero no son tontas", matizó, para seguidamente explicar que a estas piezas les gusta un cebo que parezca "lo más normal posible, no antinatural". Sostuvo que lo que más se suele emplear ahora es el cebo de lombriz o la cucharilla.
Por su parte, el presidente de la sociedad de Cerdedo, Javier Santos, también se sumó a los buenos augurios de la campaña de pesca, subrayando que las condiciones fueron propicias. "El primer día nunca es una buena referencia pero es todo propicio. Tendría que haber trucha", manifestó. Afirmó que durante las primeras horas de la jornada de ayer funcionó el cebo natural y estimó que cuando el agua esté más caliente la trucha entre a cualquier tipo de cebo, tanto natural como artificial. Reconoció que estos ejemplares estaban en la pasada jornada atrincherados en el fondo del río y poco activos todavía por el frío.
La normativa que rige la temporada de pesca se publicó en el DOG el pasado 26 de diciembre y, en lo que concierne a los caudales de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, contempla mantener la veda en 25 masas de agua. Por ríos, en el Deza se acotan 300 metros antes y 100 después del puente de la playa fluvial de Vilatuxe; 130 entre Ponte Penide y la desembocadura del río de Mera; y 2,4 kilómetros entre la presa de García y la desembocadura del Ulla.
En el Ulla, se prohibe la pesca en 1,8 kilómetros entre la desembocadura del río Vea y el puente romano de Pontevea; 200 metros aguas abajo de la Presa de Ximonde; 1,7 kilómetros desde Portodemouros hasta el puente de San Xusto y 500 metros desde la Tosta do Muíño do Boticario hasta el nuevo puente interprovincial de Ponteledesma. En cuanto al río Liñares, sus dos zonas vedadas corresponden a tierras de A Estrada, con 600 metros desde Ponte Fouleiro a la playa fluvial y otros 4,7 kilómetros entre la presa de la minicentral de Salto da Devesa y su desembocadura en el Ulla.
Entre las vedas, también conviene destacar los 7 kilómetros del Rego de Abeleda (Lalín), desde su nacimiento hasta la unión con el Rego Valiño de Sante, o los 8,7 kilómetros del río Umia desde la Tosta do Muiño dos Lourenzos hasta Ponte Paradola, en A Estrada.
En el Ulla, se prohibe la pesca en 1,8 kilómetros entre la desembocadura del río Vea y el puente romano de Pontevea; 200 metros aguas abajo de la Presa de Ximonde; 1,7 kilómetros desde Portodemouros hasta el puente de San Xusto y 500 metros desde la Tosta do Muíño do Boticario hasta el nuevo puente interprovincial de Ponteledesma. En cuanto al río Liñares, sus dos zonas vedadas corresponden a tierras de A Estrada, con 600 metros desde Ponte Fouleiro a la playa fluvial y otros 4,7 kilómetros entre la presa de la minicentral de Salto da Devesa y su desembocadura en el Ulla.
Entre las vedas, también conviene destacar los 7 kilómetros del Rego de Abeleda (Lalín), desde su nacimiento hasta la unión con el Rego Valiño de Sante, o los 8,7 kilómetros del río Umia desde la Tosta do Muiño dos Lourenzos hasta Ponte Paradola, en A Estrada.
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