jueves, 14 de marzo de 2013

Cerradas las bateas de la Ría de Pontevedra por marea roja


Una batea en la ría de Pontevedra

La llegada de la primavera y el cambio de las condiciones meteorológicas -especialmente en lo relativo a la dirección e intensidad de los vientos- hacen que reaparezcan las que popular y coloquialmente se conocen como mareas rojas. El fitoplancton portador de biotoxinas sigue en aumento. Tanto que ha provocado los primeros cierres de bateas del año en la ría de Pontevedra.

Y como es habitual, los efectos empiezan a notarse por la ría de Pontevedra, que es año tras año la más castigada de Galicia a causa de las biotoxinas, y en la que ahora se decretan los cuatro primeros cierres de la temporada para otros tantos polígonos bateeiros.

Hay que recordar que no existe riesgo alguno para la salud pública, siempre que el mejillón sea adquirido por los cauces reglamentarios. Como cabe explicar, también, que la llegada de la marea roja es un fenómeno totalmente natural que tiene mucho que ver con los afloramientos, en este caso con el de primavera. Y estos procesos, a su vez, no son más que la entrada de fuertes y renovadas corrientes desde la plataforma continental, con lo cual se introduce en las rías agua fresca, limpia y, sobre todo, cargada de nutrientes.

La llegada de esas corrientes, que acceden al interior de las rías por las capas inferiores del agua, es por tanto una muy buena noticia, ya que introducen el alimento que tanto necesitan el mejillón y otras muchas especies para poder desarrollarse en condiciones. Y los afloramientos también son buenos porque incluso contribuyen a reducir el agua dulce que se acumula en las partes internas de las rías a causa de la crecida de los ríos, provocando en muchos casos la mortandad de especies como la almeja y el berberecho.

El problema es que con la llegada de esas corrientes, que desplazan el agua agotada por las capas superficiales, expulsándolas al exterior de las rías, también llega el fitoplancton portador de biotoxinas.

Eso es lo que ha ocurrido en los últimos días, de ahí que el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), centro analítico de referencia internacional dependiente de la Consellería do Medio Rural e do Mar -asentado en Vilagarcía-, decretara la prohibición de extracción de moluscos bivalvos cultivados en los viveros flotantes de los polígonos Portonovo A y Bueu A2, ambos en la ría de Pontevedra. Paralelamente, el Intecmar, bajo dirección de Covadonga Salgado, prohíbe cautelarmente la extracción de mejillón en los polígonos Portonovo B y Portonovo C, también en aguas pontevedresas.

En los cuatro casos los análisis efectuados por los expertos del Intecmar han detectado niveles excesivos de células tóxicas, y más concretamente se apreció la presencia de toxinas del tipo lipofílicas, entre las que destaca la toxina diarreica (DSP), habitualmente la más abundante en las rías gallegas y la que el año pasado provocó la práctica totalidad de los cierres.

Hay que incidir, por tanto, en que los Bueu A2, Portonovo A, Portonovo B y Portonovo C -cuatro de los ocho existentes en la ría pontevedresa- son actualmente los únicos cerrados en la comunidad autónoma gallega.

Aunque si la evolución de las corrientes, los vientos y las biotoxinas es la que se espera, los cierres van a aumentar en próximos días, tanto en esta ría como, previsiblemente, en las de Vigo, Arousa y Muros-Noia.

Sea como fuere, desde el punto de vista comercial y organizativo, el hecho de que se decretara el cierre de esos cuatro polígonos bateeiros no supone trastorno alguno para el sector productor, ya que en toda Galicia quedan disponibles 46 polígonos bateeiros más, en los que se asientan prácticamente 3.000 bateas de mejillón.

Además, en la ría de Pontevedra están acostumbrados a convivir con las biotoxinas, o al menos a subsistir sin depender en exceso de una producción que pasa la mayor parte del año cerrada.

La prueba es que durante el pasado ejercicio, el polígono Cangas A estuvo cerrado 203 días, el Cangas B sumó 196, el Bueu B permaneció cerrado 243 jornadas y en el Bueu A2 estuvo prohibida la extracción de mejillón 235 días. A esto se sumaron 265 días de cierre a lo largo de todo el año 2012 en el Bueu A1, 147 días en el Portonovo A, 191 en el B y 156 jornadas en el Portonovo C.

 

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